Transmisión en vivo por internet

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Boricua 740, donde el buen periodismo cuenta

Objetivos:


Se ofrecerá un espacio radial diverso, informativo, y participativo.

Entrevistas y paneles de discusión dinámicos y entretenidos con figuras destacadas en el ámbito político, económico, social, ambiental, cultural, comunitario y deportivo, entre otras áreas.

Características:

Análisis de las noticias del día con expertos del tema y la participación activa del público radio escucha para reaccionar a la actualidad noticiosa y al tema en discusión.

Producir reportajes especiales, encuestas o sondeos de opinión.

Temas:

Historia, Política, Economía, Educación, Salud, Agricultura, Medio Ambiente, Derechos Humanos, Leyes, Deportes, Comunidades, Ciencia-Tecnología, Infancia, Juventud, Tercera Edad, Problemas Sociales, Diversión, Turismo, Cultura (música, pintura, teatro), etc.


sábado, 26 de junio de 2010

ABUSO DE PODER CONTRA LA UPR


La aprobación legislativa y la firma “fast track” por parte del Gobernador de la disposición que aumenta el número de miembros de la Junta de Síndicos de la UPR, revela un preocupante afán de control gubernamental puro y duro y un esfuerzo por garantizarle a la intransigencia gerencial un espacio hegemónico en la Universidad.Gobernar es misión harto difícil que ha de realizarse con cautela y pudor, ejercicio al que estuvieron ajenos la mayoría parlamentaria y el Gobernador al aprobar esta festinada ley. De hecho, la aprobación de la medida y la confirmación de los cuatro síndicos adicionales -hechas a una velocidad que ya quisiera ver el País en la atención de los asuntos medulares de su adelanto económico y social- confirma la manera en que un Gobierno hace trizas del ideal de establecer una saludable diferencia en las relaciones entre la política partidista y la administración pública.

Es ésa una virtud que está llamado a observar todo gobierno surgido de las urnas. A mayor respaldo en esas urnas, mayor la prudencia que se espera de él. Si bien la presente Administración está revestida con el poder de implantar su programa, también lo es que su implantación no ha de hacerse únicamente en beneficio de la mayoría que lo votó, sino que en beneficio de todos los puertorriqueños. Sin mezquindades, sin excesos, sin venganzas.

Así también tiene que ocurrir con la composición de juntas, comités y comisiones de organismos que han de deliberar y establecer política pública sobre aspectos de vital importancia económica, cultural, educativa, social y política.

Fue esa norma, sustancial al sistema democrático, la que se pisoteó con la ley aprobada por la vía rápida por la mayoría del PNP en Cámara y Senado y firmada con más prisa aún por el Gobernador, aumentando de 13 a 17 los miembros de la Junta de Síndicos.

La prisa, dice el sabio refranero boricua, es mala consejera. Lo acabamos de ver. A lo mejor haya sido la prisa lo que impidió que al proponente intelectual de la medida, el senador Roberto Arango, como a sus cómplices -los que tiraron la piedra y escondieron la mano- se les hubiera podido zafar una sola razón válida para el aumento, que el senador quería originalmente que fuera mayor.

Firmada la ley, el propio Gobernador se encargó de dar la medida del burdo asalto a la Junta de Síndicos. Dijo él que era necesario el aumento porque “la Junta de Síndicos ha estado partida a la mitad; ha estado dividida y (se) necesita una junta que dé una dirección clara”.

El mismo lenguaje utilizó la presidenta cameral, Jenniffer González, al afirmar que “era necesario darle dirección” a la Junta. ¿Dirección u órdenes? ¿Dirección por quién o quiénes? ¿Para que hicieran qué? ¿Para que votaran cómo?

Cuando dice el Gobernador que la Junta “está partida por la misma mitad”, ¿qué quiere decir? ¿Que al examinar su composición contó seis “enemigos”, incluyendo los tres designados por gobernadores populares y los otros tres nombrados por estudiantes o profesores? ¿Esto es, seis “no correligionarios” frente a “sólo siete” que lo son?

Todo tiene que ver, no hay duda, con un deshonroso juego de poder en la UPR.

Utilizar la Junta de Síndicos para el imparable juego partidista electorero que ha sumido al País en una jungla en la que se trivializa hasta lo más preciado de nuestra sociedad, como la educación superior, constituye una ignominia que el Gobernador debiera rectificar.

Debe hacerlo, porque el País no puede conciliarse en nada con un patrón de conducta que da a entender que es parte de un plan preconcebido para adulterar sus más preciadas instituciones

Tomado de El Nuevo Día - Editorial de 25 de junio de 2010

El Nuevo Dia EDITORIAL DE EL NUEVO DÍA

miércoles, 23 de junio de 2010

El triunfo de la huelga estudiantil en Puerto Rico

“Venimos arrastrando generaciones y generaciones de conformismo”: El triunfo de la huelga estudiantil en Puerto Rico

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Anayra O Santory Jorge, Ph D*
Especial para Claridad

El movimiento estudiantil en Puerto Rico, aparentemente salido de la nada infecunda de los filósofos, ha triunfado. Su pliego petitorio, concedido en buena medida. Aunque vencedores en un conflicto que se extendió por dos meses, con gracia y humildad características quieren repartirnos el triunfo como hasta ahora han repartido el pan: entre todos.

Gracias a esta huelga, una de las más largas en la historia moderna del país, los(as) estudiantes de la Universidad de Puerto Rico mantendrán sus becas por méritos, pospusieron una duplicación en el costo de la matrícula y han detenido los castigos sumarios contra sus compañeros(as) de lucha. Queda en el tintero de los acuerdos el sencillísimo reclamo de toda la comunidad universitaria por mayor transparencia presupuestaria y mecanismos para discutir soluciones a las frágiles finanzas de la Universidad. Sin embargo, el país entero sabe que la conquista de sus objetivos en la mesa de negociación es sólo el más visible de muchos logros intangibles. Esbozo apenas algunos que las generaciones que les preceden hemos acogido con particular entusiasmo, esperanzadas que nos ayuden a transformar la miasmática cultura política que envuelve al país hace medio siglo.

1. Saltarse el muro.
Casi todas las imágenes de la huelga han tenido como trasfondo, como objeto o como contexto, los portones de la universidad. Frente al muro, las cámaras curiosas; detrás, los estudiantes, la universidad tomada, la vida que ha resurgido entre ellos y sin testigos. Cuando en uno de los berrinches criminales al que nos tiene acostumbrados, el superintendente de la policía colonial prohibió llevarles agua y alimentos a los(as) huelguistas, por encima de los altos muros volaron los suministros. Cuando la temida Fuerza de Choque rodeó el recinto de Río Piedras, a los portones llegaron las familias acongojadas y el país solidario. No obstante, por encima, por debajo y a través de muros, verjas y portones, ha salido de la Universidad y de la generosidad de los(as) estudiantes huelguistas, más de lo que el país les llevó a diario.

Los muros que encierran la Universidad siempre han estado allí. Representan su secuestro de la sociedad donde está anclada, el confinamiento ensimismado de sus disciplinas, las interlocuciones rentables para el capital, pauperizantes para el país, indignas para sí misma. La huelga engalanó esas murallas universitarias con consignas, las hizo visibles, relevantes al telediario, problemáticas para todos. ¿Por qué está murada la Universidad? ¿Quiénes han querido contener la fuerza creadora que la habita, ese inagotable y explosivo torrente de juventud e ideas? ¿Quiénes temen que el país ensaye los modos de convivencia que en ella imperan: la asiduidad de las preguntas, la importancia suprema de la contestación honesta, el ejercicio de un poder que sólo es fecundo cuando posibilita al otro?
La huelga abrió los portones que confinan la vida universitaria a la universidad. Los(as) estudiantes en huelga transparentaron al país la dinámica del aula como una forma alternativa de interlocución y convivencia para todos. “Queremos negociar,” insistían ante una administración envilecida y díscola. El país escuchó embebido su reclamo. “Sí, queremos negociar,” asentíamos todos.

2. La democracia como deporte extremo.
A los que ya hemos hecho nuestras las lecciones que los estudiantes nos impartían, la consistencia de su práctica llevó nuestras propias convicciones a límites dolorosos. Al zorro viejo de Sabina la lucha estudiantil, con la que se solidarizó inmediatamente, le arrancó una sonrisa burlona por su carácter “excesivamente democrática.” Sólo Sabina se rió. Todavía me conmueve hasta el borde de las lágrimas el fatigoso espectáculo de verlos, no ya conversar por horas en sus plenos, sino su insistencia en no dejar de hablarles nunca a los que fueron quedando detrás. “¡Qué importa a estas alturas!”, le preguntaba yo, entrados como estábamos en negociaciones de carácter nacional y temerosa como muchos que las consultas tramposas y extemporáneas los obligaran a desandar camino. Era en vano. Volvían a reiterar que las consideraciones estratégicas y los pruritos prudenciales cedían ante la indiscutible legitimidad de toda invitación al diálogo.

“No es verdad que la imagen siempre gana, profesora, podemos convencerlos.” Hablar con el corazón en la mano y la vida tras la barricada se volvió una cuestión de principios. Como argumenta Enrique Dussel, el filósofo político que los aplaudiría de pie si su amigo Silva Gotay le cuenta esta hazaña, el comité negociador nacional regeneró a diario en la discusión y en la asamblea todo el poder que le fue delegado. Los huelguistas practicaron la democracia como quien practica un deporte extremo. Nosotros, más de una vez, cerramos los ojos.
Un querido amigo le preguntó a un grupo de estudiantes qué les faltó por hacer, qué hubieran hecho distinto. Le contestó una estudiante tras un instante de reflexión. “Profesor, nos faltó ir casa por casa.” Yo, los miro incrédula. Su convicción nos demuestra el tamaño de nuestra autoderrota.

3. “La estaca y el elefante”
“Profesora, ¿sabe Ud. el cuento del elefante y la estaca?” No hace falta que conteste. A estas alturas estoy convencida de que lo he olvidado todo. Me explican que trata de un pequeño elefante que creció atado a una estaca que le imposibilitaba moverse. Acostumbrado a sus límites, creció sin darse cuenta de que su fuerza adulta podía superar la terquedad de la estaca. “Nosotros somos el elefantito, profesora. Hemos arrancado la estaca.”

A través de la huelga toda una generación de veinteañeros ha descubierto su potencia creadora y revolucionaria. Para muchos la huelga ha consistido en el primer espacio de participación política que descubren y que se diligencian. Tiene un encanto irresistible. Es de ellos(as). Hecha a su imagen y semejanza han nacido como agentes políticos en una sociedad agotada en sus formas institucionales. Ellos(as) en sí mismos(as) son un happening como la huelga performática que han montado. Ya hablan de crear nuevos espacios, quizás una confederación nacional de estudiantes. Saben, como decía Saramago el grande, que la razón les asiste. Una razón elemental, “la…que asiste a quien propone que se construya un mundo mejor antes de que sea demasiado tarde.” Para Saramago, esa razón enfrentaba sólo un formidable escollo, “o no sabemos transmitir a los demás lo que es sustantivo a nuestras ideas, o chocamos con un muro de desconfianzas, de prejuicios ideológicos o de clase que, si no logran paralizarnos completamente, acaban, en el peor de los casos por suscitar en muchos de nosotros dudas, perplejidades, ésas sí paralizadoras.” Nuestros(as) estudiantes se han mostrado inmunes a ambas deficiencias. Esa fortaleza nos reasigna generacionalmente la tarea de defender sus sueños que también han sido nuestros. Nos toca hacer muy clara una advertencia que ya corearon ellos(as): si los estudiantes no logran soñar, aquí no dormirá nadie.

*La autora es profesora de Filosofía de la Universidad de Puerto Rico y miembro de la Junta Directiva de Claridad.

Tomado de Claridad publicado 23 de junio de 2010

martes, 22 de junio de 2010

Que renuncien los líderes de la UPR



Los retos de altura que enfrenta la Universidad de Puerto Rico en el campo académico, en el ámbito administrativo y como tal en la protección de su futuro, requieren de la renuncia inmediata de su presidente y de la presidenta de su Junta de Síndicos, una salida que sería para la UPR una defensa preventiva de su integridad. La huelga que mantuvo cerrada la UPR por 60 días ha llegado oficialmente a su fin por decisión del estudiantado reunido ayer en Ponce bajo la dirección del Comité Estudiantil Nacional. Los estudiantes han evaluado el proceso y ratificado los acuerdos para dejar atrás una huelga histórica. La limpieza general iniciada por ellos era ya una metáfora de un tiempo nuevo que comenzaba a asomarse y que debe aflorar del todo.

Los estudiantes han hecho su parte con honor y rigor; toca ahora a la Administración asumir la suya, como primer paso, con la renuncia de sus principales directivos, José Ramón de la Torre e Ygrí Rivera, por el bien de la Universidad.

Como política editorial, durante el proceso huelgario nos mantuvimos siempre escuchando a las partes, brindando alternativas de consenso, de mediación, de diálogo, es decir, de protección de la Universidad más allá de toda otra consideración. Nos negamos a posiciones maniqueas de buenos y malos, que suelen ensombrecer más que aclarar los caminos. Tampoco quisimos caer en la rápida y superficial personalización de los conflictos.

Pero acabada la huelga, planteamos nuestra convicción de que el proceder del presidente de la Universidad y de la presidenta de la Junta de Síndicos, tanto en el interior de las negociaciones como en el ámbito de exposición publica, estuvieron dramáticamente distantes de lo que se espera de figuras en puestos de tan alta responsabilidad.

Si de algo dieron cátedra, en forma clara, antes de estallar y durante toda la huelga, fue de incompetencia.

Faltó algo tan básico como el ejercicio de la autoridad sin arrogancia, que sabe reconocer y tratar al otro como a un auténtico interlocutor; faltó visión para crear mecanismos garantizadores de mayor inclusión en el proceso de discusión; faltó el convencimiento básico de la autonomía universitaria frente a los tentáculos partidistas de todo tipo; faltó un talante natural para el diálogo que está basado en un apego innegociable a la verdad por encima de todo; faltó real aspiración al consenso, que implica la capacidad de ceder en lo secundario para asegurar lo fundamental; faltó un acatamiento elegante de los acuerdos finales como zapata necesaria para garantizar etapas y avances posteriores.

Faltó demasiado.

Sin duda alguna, tenemos que repartir responsabilidades dentro de este amplio reglón de ausencias, pero no es un secreto que el mayor peso recae sobre quienes presiden la Universidad y la Junta de Síndicos.

Es hora, igualmente, de que el gobernador Luis Fortuño aprenda la lección: el mejor servicio que puede dar un gobernante a esta magna institución, es garantizar creativamente los fondos para que crezca y madure en el tiempo; y mantener escrupulosamente, él y todo el Gobierno, una distancia consciente del acontecer cotidiano de la Universidad.

Es un imperativo que José Ramón de la Torre e Ygrí Rivera renuncien cuanto antes a sus puestos. El Gobernador debe, por su parte, devolverle la UPR a los universitarios para que tracen un nuevo rumbo desde sus propias fuerzas.

Sólo así la ratificación de los acuerdos y el fin de la huelga se convertirán realmente en el comienzo de un nuevo tiempo para la Universidad y en herramientas para evitar en el futuro nuevos conflictos.

La oportunidad está servida.



El Nuevo Dia EDITORIAL DE EL NUEVO DÍA

domingo, 20 de junio de 2010

Pasión


Mayra Montero 

Antes que llegue el lunes

Que haya canales de televisión que todavía se atrevan a poner, encima de las escenas de asesinato por violencia machista, un letrerito que lee: “Crimen Pasional”, es una vergüenza que ameritaría el despido del redactor, del director de Noticias y del jefe del canal. Los tres a la calle por ignorantes, y por perpetuar los tópicos que tanto daño hacen a la mujer.

Pero ahí no para la cosa. Una reportera de ese mismo canal, o de otro que está al lado, se atrevió a repetirlo con su boca pintada: “El incidente fue catalogado como uno pasional”. Así dijo, y me pregunté qué tiene en la cabeza, dónde ha estado viviendo todos estos años.

Es que yo creo que ya ni los propios agresores se atreven a decir que sus ataques son pasionales. Es una categoría tan anticuada y enfermiza, y se ha insistido tanto en que se trata de una frase peligrosa, que sólo logra enmascarar el delito y darle un toque sensiblero, que resulta inconcebible que haya gente del mundo noticioso que la siga usando.

Mientras los medios les den cuerda a esos conceptos en que los agresores pueden proyectarse como valedores del honor y la pasión, estamos fritos. O fritas. Las mujeres escaldadas dos veces, primero por los energúmenos, y luego por los brillantes cerebros mediáticos que no se atreven a usar la frase violencia de género (a algunos habría que explicarles lo que es género), ni mucho menos violencia machista. Esto último les suena radical. Demasiado radical. No hay un solo canal de la televisión local que se refiera a la violencia machista. Como mucho, dicen doméstica, lo que de paso incluye al gato.

Y machista es mil veces. Una mujer policía es acribillada en un bar-colmado de Aguadilla. El crimen lo comete su ex pareja, un guardia penal al que parece que no le importa mucho pasar al otro lado de la reja: total, conoce al personal, la comida, la rutina diaria. Según relata un antiguo vecino del agresor, a éste “no le gustaban las juntillas”, en referencia a las amistades con las que compartía su ex pareja, un grupo que aparentemente incluía gays y travestis. O sea, que a la agresión machista debería agregarse el componente de un crimen de odio: la mata porque no soporta su grado de independencia, pero también porque no puede tolerar que converse con personas que asumen valientemente su identidad sexual, su diferencia.

En el residencial El Trébol, en Río Piedras, otro tipo le asesta varias puñaladas a una mujer que él jura que es propiedad suya. Están separados, pero el hecho de encontrarla junto a otro hombre es suficiente para que, armado de un cuchillo, le demuestre que él todavía es el machote de la casa. ¿Otro crimen pasional, verdad?

El mejor regalo en este día

Por: César A. Rosado Ramos

Hoy es un día especial. ¡Es Día de los Padres! Sin embargo, para mí como para muchos y muchas, no se trata del día tradicionalmente marcado por el mercado, el consumo y el sexismo, donde se "demuestra" con un regalo cuanto te "quieren". No, este día es diferente, muy diferente. A varios días de concretarse la victoria universitaria en defensa de la educación pública, luego de casi dos meses de huelga y a solo horas de la celebración de la primera Asamblea Nacional de Estudiantes, que sin dudas será exitosa. Este día de celebración trasciende y trastoca nuestras vidas y no se limita a los padres. Es un día de todos y todas: padres, madres, hijos e hijas, abuelos y abuelas, hermanas y hermanos, tíos y tías. En fin, un día para la Patria. 

Los y las estudiantes, junto a la solidaridad imponente del pueblo, le han brindado al país algo muy necesario: Esperanza. Pero no se trata de la esperanza lejana, utópica e inalcanzable. Todo lo contrario. Es la esperanza basada en la certeza de que con solidaridad, unidad y tesón: Se puede. De que un Puerto Rico justo es posible, de que la lucha rinde frutos y, mejor aún, de que las huelgas funcionan y se ganan. 

El legado histórico brindado por la comunidad universitaria con su victoria es el regocijo de todos. Esta victoria para la historia ha de marcar un nuevo comienzo en las luchas venideras. Se trata del pase de batón generacional a quienes desde ya han demostrado tener la sapiencia que necesita un país para triunfar. Quienes mejor que ellos y ellas para representar la gama de colores que se arraiga en el pueblo. Sabemos de sus diferencias. Pero no dudo que dentro esos matices el ideal de lo justo y democrático prevalecerá. Esto lo demostraron con creces. Se trata de una nueva cultura política: de escuchar, debatir y dilucidar. 

Sin duda, son la esperanza en el presente, en lo inmediato. Con ellos y ellas han resurgido las palabras del Che y hoy más que nunca se hacen palpables: "LUCHAMOS PARA VENCER". Ese es el mejor regalo que se pueda dar.

Asamblea Nacional de Estudiantes

viernes, 18 de junio de 2010

Students Gain After Strike in Puerto Rico






By DAMIEN CAVE
Published: June 17, 2010

As part of a deal brokered by a court-appointed mediator, students would end their strike — one of the largest and longest such walkouts in Puerto Rican history — in exchange for a number of concessions. Most notably, the university’s Board of Regents has agreed to cancel a special fee that would have effectively doubled the cost to attend the university’s 11 public campuses.

The deal also includes a promise that there will be no sanctions against strike organizers, who clashed at times with the police at the main Río Piedras campus outside San Juan.

The accord must still be approved by a general assembly of university students, which is expected Monday. Christopher Powers, a literature professor at the Mayagüez campus, said it was “nearly a complete victory for the students,” noting that they failed to get a promise that there would be no large tuition increase next year. Professor Powers said planned cuts later this year to the salaries and benefits of professors could set off another round of conflict.

“The fact that a student movement was able to force the administration and the government to sit down at the negotiating table and concede to nearly all their demands is a very important precedent,” Professor Powers said. “It will serve as an inspiration.”

A version of this article appeared in print on June 18, 2010, on page A20 of the New York edition.




Historicidad

MARI MARI NARVÁEZ
BUSCAPIÉ

“Esto es histórico”, repetían unos a otros los muchachos y las muchachas mientras celebraban bajo la noche del miércoles la tremenda victoria de la justicia.

“Histórico”, volvían a exclamarse entre abrazos, en esa euforia del triunfo trabajado, sufrido, más que merecido. Me enternece ver cómo han ido sabiéndose parte de algo mucho más grande; cómo han cargado con la dignidad de todo un archipiélago sin mencionar apenas el peso tan abrumador. Con alegría, con hermosura, con una voluntad inmensa. Con toda la esperanza del mundo. Hacía mucho que no teníamos razones colectivas para celebrar. Los muchachos nos han devuelto la felicidad pública, la idea de que no hay que atrincherarse sólo en el espacio privado, en los seres amados, en los platos de la mesa íntima para encontrar el sentido de fortuna.

La historia nos exige que sigamos apoyándolos, protegiéndolos. Ha quedado claro que la gran responsable de que esta huelga se haya extendido tanto es Ygrí Rivera, quien constantemente le escondió información a la Junta de Síndicos y sólo se proponía destruir a los estudiantes en lucha. Ella es la gran culpable de los millones de dólares en pérdidas, incluyendo los que pagaron entre abogados y publicistas sin que estos abonaran en lo más mínimo a la resolución del conflicto. No podemos olvidar a Osito, y cómo altos oficiales de la Policía lo agredieron con descargas eléctricas y patadas en sus genitales.

Y tampoco podemos permitir que expulsen a los estudiantes. Soy la hija de un huelguista que, en 1948, fue expulsado por levantar una bandera puertorriqueña en la Torre. Esa expulsión cambió por siempre su vida. Le mereció años de exilio y varios cambios de universidades pues ninguna se supone que acoja a un expulsado. Tuvo que estudiar Derecho dos veces, tener a sus primeros hijos lejos de los suyos, sin recursos, y vivir día a día el discrimen. Muchos años después, la Universidad de Puerto Rico tuvo que declarar una amnistía para poder contratarlo como profesor pues, pese a sí misma, mi papá se convirtió en un hombre con muchas cosas grandes que transmitirles a las nuevas generaciones.

Tienen razón los muchachos, “esto es histórico”. No permitamos nosotros que se repita la historia del castigo y la represión.


Tomado de El Nuevo Día
18 Junio 2010

jueves, 17 de junio de 2010

Triunfan l@s estudiantes, la universidad pública y el país



¡Que vivan l@s estudiantes!


¡POR FIN! Estudiantes logran acuerdo

Los estudiantes celebran su victoria tras lograr que la Administración de la Universidad de Puerto Rico firme y certifique un acuerdo final.

Foto por: Santos Hernández/ Inter News Service
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San Juan, 15 jun (INS).- Tras poco más de cuatro horas de discusión, los líderes estudiantiles del Comité Negociador Nacional (CNN) se anotaron una victoria tras haber logrado que la Administración Universitaria de la Universidad de Puerto Rico (UPR) firme y certifique el acuerdo final con el que se avanza al fin de una huelga sistémica que hoy cumplió 55 días.

De esa manera, el liderazgo del CNN alcanza los cuatro reclamos fundamentales que mantuvieron con fortaleza la lucha del estudiantado, siendo ésta la primera victoria contundente que logra el movimiento estudiantil en los 107 años de la UPR.

Ahora resta que la dirigencia del CNN refrende los acuerdos en asambleas estudiantiles en cada uno de los 11 recintos o, en su defecto, en una asamblea nacional.

La ficha del tranque que no permitió que anoche se finiquitara esta controversia fue el asunto de las sanciones.

Hoy, luego de un árido debate entre los síndicos finalmente se logró un consenso en el lenguaje.



martes, 15 de junio de 2010

Graduación UPR 2010

Moretones, mentiras y esteroides

Por: Mady Pacheco
Abogada

Tengo el cuerpo lleno de moretones. Las marcas del rotén policial atestiguan la agresión brutal de la que fui víctima por la Fuerza de Choque la semana pasada.

El uso de la violencia nunca ha tenido cabida en mi vida. Mi crianza se basó en el diálogo y nunca fui castigada físicamente, ni siquiera de la manera más leve. Así he criado a mis hijos.

Soy abogada y madre de una participante en la huelga de la UPR. Y sirvo como observadora del Colegio de Abogados.

El Colegio, en su función de garantizar las salvaguardas constitucionales, incluyendo la libertad de expresión, ha destacado, a lo largo de su historia, observadores en múltiples y diversas actividades. Ha sido en ese ánimo que los miembros del equipo de observadores hemos servido durante la huelga de la UPR. Como tales, asumimos el riesgo de estar, en muchas ocasiones, colocados entre la Policía y los manifestantes.

El miércoles 9 de junio, frente al Jardín Botánico, no fue la excepción. Estábamos allí unos doce abogados, incluyendo a nuestro presidente, velando porque se garantizara el ejercicio democrático de grupos e individuos.

Esa noche, los estudiantes comenzaron su manifestación pacífica hacia el área de la Ponce de León. Tomados de brazos cantaban sus consignas. Una estudiante se acercaba a los autos y explicaba a los conductores la razón de la protesta. Luego daba paso a los automóviles por un carril.

Al percatarme de que un escuadrón de la Fuerza de Choque se dirigía hacia los estudiantes, me interpuse para dialogar sobre cuál era la objeción. Honestamente, pensé que buscaban abrir otro carril para el flujo de vehículos, pues en mi cabeza no cabía que una manifestación pacífica ameritara la intervención de la Fuerza de Choque.

Además, si la preocupación de la Policía era el tránsito, no vislumbraba que los estudiantes objetaran el paso por un segundo carril.

Sin embargo, los policías se dirigieron hacia nosotros y procedieron a atacarnos. En formación, con sus rotenes en mano, gritaban “Muévete, muévete” según empujaban y agredían al grupo.

Esta experiencia con la violencia ilegal, desmedida e innecesaria, me provoca serias preocupaciones.

¡ESTUDIANTE! Tu grito rampante no calle


Por: Luis Nieves Falcón, Ph.D. 
Profesor Emeritus  Recinto de Río Piedras 
Universidad de Puerto Rico 

 INTRODUCCIÓN:

Las palabras claras y firmes saltan a nuestro encuentro. Las caras de imágenes  renacidas son un brote de esperanza. ¿Quiénes son estos hombres y mujeres  arropados de sabiduría y cultura no esperada, no vaticinada, en esta juventud de  antepasados presentes? Me echo a caminar para ir a su encuentro. Recorro los  campamentos de estudiantes del Recinto de Río Piedras. Son personas de todas las  ideologías. De todas las religiones. De todos los niveles sociales. Han dejado de  lado los casilleros ideológicos tradicionales en los cuales se mete a la gente para  hacer realidad, en ese pequeño cosmo del campamento, una democracia participativa  la cual es difícil de viabilizar pero no imposible de realizar. Una democracia  viva la cual deja a un lado el liderazgo unipersonal y carismático. No son mesías.  Son compañeros y compañeras embarcados en su objetivo común el cual rechaza el  figureo y el oportunismo. 

Son personas que hacen materialmente posible, palpable, el respeto mutuo;  borran las diferencias de género, de raza y origen social en la interacción cotidiana;  y, sacrifican la comodidad del hogar a favor de los principios en los cuales creen.  Muchos de ellos llevaban 30 días alejados de sus hogares. Alejados de la habitación  confortable y el aire acondicionado. Durmiendo sobre el piso raso. Sin facilidades  de agua corriente ni las modernas facilidades sanitarias. Sin la regularidad  de las comidas calientes rutinarias. Sin las diversiones a las que nuestra juventud  está acostumbrada. El suyo, es un acto de sacrificio material revelador de que hay  remedio a la situación de desgobierno reinante en Puerto Rico. Es un acto de  dación el cual no sólo se impone al pesimismo generalizado que prevalece al  momento sino que, además, levanta el espíritu público de Puerto Rico. 

En esos campamentos, en esos centros donde la dignidad y el respeto han  sido recuperados, me regodeo con gusto. Disfruto plenamente el cariño fraternal  revelador de que la diferencia de edad y el cariño no son incompatibles. En ese  compartir de la conversación pareja, sin ordenamiento jerárquico, no se escapa el  hecho de que en esta gestión contestataria de los estudiantes están en juego dos  visiones opuestas de la universidad y de su misión esencial en la sociedad puertorriqueña. 

VISIONES DE LA UNIVERSIDAD 

La concepción originaria de la Universidad es la de que su función principal  no es sólo la de preparar profesionales competentes, cualificados para ganarse la  vida sino, además, la de crear ciudadanos libres con sentido de responsabilidad  social. En consecuencia, estudiar no sólo significa el conocimiento de las distintas  disciplinas sino, también, el aprendizaje de la convivencia y del sentido democrático  de la sociedad. Dicho sentido democrático envuelve, por un lado, el estímulo  del sentido de la creación en sus diferentes vertientes; y, el sentido crítico  para cuestionar las realidades aparentes a fin de conocer las realidades verdaderas.  Implica, adicionalmente, el desarrollo de la tolerancia hacia las ideas ajenas  y el respeto hacia los que las defienden. De hecho, la posición democrática por  excelencia es la defensa del derecho a exponer las ideas ajenas aunque no se  compartan las mismas. 

En la década de los años sesenta, un grupo de profesores del Recinto de Río  Piedras, al referirse a los objetivos de la Universidad, concluía: “…una universidad  lo que debe es tratar de formar hombres, ciudadanos en el sentido amplio de la  palabra, con mayúscula, no sencillamente ofrecerle una serie de tecnicismos, sino  formarles también en su carácter, hacerlos hombres de bien, cultivar el espíritu  mediante el desarrollo de la sensibilidad estética, moral, darle conciencia de su  puesto dentro de su propia cultura y la relación de esa cultura con las otras….”1 

Ellos justifican la validez de estos objetivos aduciendo que la formación del individuo  tiene que hacer hincapié en valores que no sean estrictamente materiales, que  creen conciencia de los aspectos más significativos y definitorios de la persona  humana y que, por lo tanto, contribuyan a hacerlo un ciudadano más útil a la  comunidad. Advierten contra la tendencia a perseguir sólo la preparación del  estudiante en aspectos materiales particulares, porque “se pierde la posibilidad de  desarrollar el espíritu altruista” y de establecer el adecuado balance entre bienes  prácticos, espirituales y materiales.2 

A tono con esa visión anterior, el saber que se enseña en la Universidad debe  ser un saber vivo, que ayude al estudiante a ver con mayor claridad los problemas  de su país y su tiempo para que pueda lidiar mejor con ellos cuando llegue el  momento de intervenir de modo activo en la vida pública.3 Este modo de pensar  significa, adicionalmente, que la Universidad como institución no es un organismo  aislado sino uno vinculado a los problemas de su tiempo por lo cual no puede vivir  desvinculado de los acontecimientos históricos y de lo que pasa a su alrededor. 

Despojar a la Universidad de ese aspecto social para reducirla meramente al  aspecto profesional es despojarla de su espíritu y de su función esencial en una  democracia que es formar ciudadanos aptos y libres.4 

miércoles, 9 de junio de 2010

Historia de nuestra bandera -cronología

* Antes del año 1895 nuestra nación tuvo dos banderas revolucionarias. La primera es la bandera roja de la conspiración de 1838 por la cual murió el puertorriqueño Buenaventura Valentín Quiñones -que apareció ahorcado en una celda en El Morro- los sargentos Francisco Salinas y Ezequiel Santillana y tres soldados del Regimiento de Granada. Esa bandera también flotó en la Cordillera Central cuando los revolucionarios de 1868 proclamaron la República de Puerto Rico en Lares.


* La segunda bandera fue ideada por Ramón Emeterio Betances, la llamada “Bandera de Lares”, inspirada en la bandera dominicana con sus colores invertidos y la disposición de los cuadriláteros y añadiéndole una estrella solitaria. Esta bandera se utilizó como enseña de nuestra nación hasta el año 1895.

* José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano en el año de 1892 con el objetivo de ..."lograr con los esfuerzos reunidos de todos los hombres de buena voluntad, la independencia absoluta de la isla de Cuba y fomentar y auxiliar la de Puerto Rico."

* Para ese mismo año se funda el "Club Borinquen" integrado por un grupo de patriotas exiliados en la Ciudad de Nueva York, afiliado al Partido Revolucionario Cubano. Se trataba de una alianza de cubanos y puertorriqueños que luchaban por la independencia de las dos antillas mediante una estrategia conjunta.

* Para el verano de 1895 ese mismo grupo de patriotas comienza el proceso de deliberación y organización de un comité provisional como paso previo a la organización de la Sección de Puerto Rico del Partido Revolucionario Cubano. La presidencia del comité le fue otorgada al médico ponceño José Julio Henna.

* El 8 de diciembre de 1895 se dieron cita en la residencia del Dr. Henna y allí eligieron un Directorio Provisional. Volvieron a reunirse el 17 de diciembre en reunión extraordinaria en el mismo lugar. Allí se acordó celebrar una asamblea general que constituiría un comité con el objetivo programático de lograr la independencia de Puerto Rico. Se fijaron el lugar y la fecha de la asamblea.

* El sábado 21 de diciembre de 1895 apareció en el periódico Martiano "Patria" el siguiente anuncio: "A todos los Puertorriqueños: Mañana domingo, a las dos y media de la tarde, se reunirán los Puertorriqueños en el salón principal de la casa número 57, al oeste de la Calle 25, esquina Sexta Avenida para tratar asuntos de patriótica trascendencia. Se invita por estas líneas a todos los Puertorriqueños amantes de la independencia antillana.”

* La reunión constituyente de la Sección Puerto Rico, tuvo lugar el 22 de diciembre de 1895, en el ‘Chimney Hall.’ Asistieron: Arturo Labarthe, A.P. de Mena, G.A. Amy, Epifanio Alvira, Pedro Martínez, Rafael Martínez, Enrique R. Balaguer, J.B. Pérez, Gustavo J. Steinacher, J. Cortada, A.C. Lamoutte, Ulises Valdivieso, Manuel Besosa y J.Julio Henna, de Ponce, J. de M. Terreforte, S.E. Guenard, J. E. Guenard. José E. Nadal, Cárlos Nadal, A.S. Nadal y J. V. Terreforte, de Mayagüez, Isidoro D. Delgado, Julio Crespo, R. H. Todd, Luis E. Acosta, Luis Castro López, Crispín Cervera, José Rivera, Joaquín Ramos, Manuel Román, Juan Curet, Francisco Moreno, Valentín París, Clemente R. Lecompte, Arturo A. Schomburg, Rosendo Rodríguez, Arturo Font y Sotero Figueroa, de San Juan, José Budet, S. Moret Muñoz y Pedro Modesto Giraud, de Guayama, J.J. Bas, Sandalio Parrilla y S. Martorell, de Fajardo, Eduardo Ferrer, J. A. Vera, Arturo Mendez y Gumersindo Rivas, de Aguadilla, E. López y Edelmiro Espada, de San Germán, E. Martorell, de Vega Alta, Arturo Castro, de Toa Alta, Pedro de Castro, de la Carolina, Ramón Olmo, de Arecibo, Eduardo de Castro, de Río Grande, Federico Pacheco, de Arroyo, M. M. Loubriel, de Bayamón, Cayetano Soler, de Cabo Rojo y Gerardo Forrest, del Pepino.